Una relación sana y en igualdad no está dominada por el poder y el control, pero sí se basa en estas ocho características:
- Honestidad
No inventan excusas que justifiquen malos comportamientos.
Aceptan cuando se equivocan.
Cumplen su palabra.
No cancelan planes.
- Comunicación
Son capaces de decir lo que piensan sin temor a que el otro lo juzgue.
Saben discutir sus desacuerdos.
Dicen lo que piensan y piensan lo que dicen.
- Intimidad
Conocen y aceptan sus límites.
Respetan su privacidad.
No presionan.
Respetan los acuerdos de fidelidad.
- Contacto físico
Según los límites que establezcan y con lo que se sientan cómodos, se tocan, se abrazan o besan en público.
Respetan el derecho del otro a decir que no.
- Justicia y negociación
Aceptan los cambios.
Son capaces de comprometerse.
Encuentran soluciones que sean benéficas para ambos.
Entienden que hay cosas en las que no están de acuerdo.
- Responsabilidad compartida
Toman decisiones juntos.
Comparten cuentas y gastos.
Hacen cosas por el otro aunque no sean tu máximo.
Van a lugares que los dos disfrutan.
Saben dar y recibir.
- Confianza y apoyo
Desean y hacen cosas por el bien del otro.
Saben que su amor es mutuo.
Se apoyan en los momentos difíciles.
Aceptan que puede tener amigos diferentes a los tuyos.
- Respeto
Ponen atención a su pareja, en lo privado y en lo social.
Le dan valor a sus opiniones, aunque sean distintas a las de cada quien.
Escuchan lo que su pareja quiere y tiene que decir.